De vuelta en España

Ya han pasado 8 días desde que volvimos a España, y me cuesta acostumbrarme de nuevo a la realidad que me rodea.
Os preguntaréis qué tal fue el viaje, verdad? Pues muy bien, a excepción de un pequeño lapsus de nuestro piloto que nos llevaba de Chicago a Madrid, al cual se le ocurrió descender unos cuantos metros a escasos minutos de despegar. ¿habeis montado alguna vez en la lanzadera? Pues algo así, pero en un avión de casi 300 pasajeros. Por lo demás todo fue muy bien, los perros se comportaron de una manera asombrosa, sin moverse en las casi 8 horas que duró el viaje. A mí se me hizo hasta corto.
Cuando tomamos tierra en Madrid ya nos dimos cuenta de que volvíamos otra vez a la realidad: problemas y más problemas para poner a los perros en la pista para que hicieran sus cosas, discusiones, indignación, enn fin, lo mismo de siempre.
Tras recoger nuestras maletas nos dirigimos a la escuela de perros guía de Boadilla del Monte, donde creo nos estuvieron dando unas charlas, digo creo porque mi mente estaba más en dormir lo antes posible que en escuchar lo que nos decían.
Lo peor del día, las despedidas: Resulta muy difícil despedirte de gente con la que has estado tan a gusto y has compartido la experiencia de un viaje a un país que no es el tuyo y además a buscar algo que habías estado esperando durante tanto tiempo... Pero en fin, espero que estos vínculos perduren y, a pesar de la distancia, podamos seguir viéndonos de vez en cuando en persona y pasarlo como siempre lo hacíamos, unos momentos de puta madre.

Como decía en el comienzo de esta entrada, han pasado 8 días desde que estamos en España, y parece que Adri lo está llevando muy bien. Se adaptó muy pronto y cada vez le veo más pegado a mí y siempre moviendo la cola, que parece un latiguillo.
Pronto estaré con vosotros para contaros seguro, alguna que otra anécdota que nos alla sucedido.

Un abrazo a todos.