jueves, 18 de marzo de 2010

¿Qué futuro les espera a los teléfonos móviles?

Internet le 'roba' la fidelidad del cliente al operador Publicado el
15-03-10 , por Ignacio del Castillo

Los grandes operadores móviles maniobran para limitar la creciente
popularidad y confianza que están logrando los grupos de contenidos y
aplicaciones. Después de que Vodafone lanzara '360', movistar contraatacará
con su proyecto 'MyDSL'.

Algo muy profundo está cambiando en las operadoras de telecomunicaciones. Un
sector acostumbrado a navegar entre rápidos cambios tecnológicos, pero en
los que los rivales -feroces en su competitividad- seguían siendo siempre
operadores -"uno de los nuestros"-, se ha visto sacudido hasta sus cimientos
por la llegada de las compañías procedentes del mundo de Internet y la
informática (Google, Apple, Skype, Facebook o Twitter) unido a la eclosión
de las redes sociales y su desembarco en los servicios móviles.

Los rostros pálidos. Recuerda a las tribus de indios americanos, que
llevaban siglos peleándose a flechazos entre sí y no supieron valorar, hasta
que fue demasiado tarde, la amenaza que suponían los rostros pálidos, con su
inagotable potencia demográfica armada con rifles de repetición.

Lo mismo puede acabar pasando con las operadoras, pesadas estructuras con
centenares de miles de empleados, rígidas necesidades de inversión, elevadas
deudas, fuertemente intervenidas y fiscalizadas por las diferentes
administraciones públicas y sometidas a una competencia creciente, y cuya
expansión o concentración se limita o ralentiza por las injerencias de los
nacionalismos económicos, frente a los gigantes de los contenidos y
servicios en Internet, que tienen, automáticamente, una presencia mundial,
gozan de la simpatía de los usuarios y atesoran miles de millones de dólares
en su caja.

Palanca de transformación. Estas compañías de Internet han desembarcado en
el sector de las comunicaciones móviles ('mobile, first' sentenció Eric
Schmidt, el primer ejecutivo de Google durante la feria mundial de la
telefonía móvil el pasado febrero) conscientes de que, actualmente, el móvil
es la palanca tecnológica con más capacidad de transformación social en
todos los continentes. Frente a los 1.200 millones de internautas que se
conectan con una línea fija, el móvil supera los 4.000 millones de usuarios,
está presente en todo el mundo, incluidos los países más pobres de África,
Asia y Latinoamérica, y sigue creciendo a toda velocidad, por lo que llegará
a 5.300 millones de clientes en 2020.

Reintermediación. En este contexto, la fidelidad de los clientes se
convierte en un asunto de vida o muerte y los "recién llegados" al mundo
móvil están ocupando rápidamente un hueco, interponiéndose entre los
operadores y los clientes. No es que desintermedien la industria, sino que
la reintermedian, pero cambiando al interlocutor del usuario.

Fabricantes como Apple, con su exitosa tienda de aplicaciones online
appStore; como Motorola, con su servicio agregador de redes sociales
MotoBlur o proveedores de servicios como Google, que pueden, gracias a los
teléfonos equipados con su sistema operativo Android ofrecer una experiencia
de usuario rica (correo, mapas, vídeos) sin necesidad de salir del mundo
Google, son los principales protagonistas de éste proceso.

La batalla de la confianza. La fidelidad y confianza de los usuarios se está
transfiriendo rápidamente de un lado a otro en la cadena de valor. De hecho,
el 51% de los usuarios mundiales de móviles confía más en la compañía
fabricante de su móvil que en cualquier otro actor del ecosistema, según un
informe del grupo de investigación de mercado TNS. Un 24% confía más en los
proveedores de contenido y aplicaciones, mientras que sólo un 25% confía más
en el operador.

Pero cuando se segmenta por edades, los jóvenes (entre 16 y 30 años) que
muestran anticipadamente las tendencias futuras, confían en un 37% en las
empresas de aplicaciones, un 51% en los fabricantes de teléfonos y sólo un
12% en los operadores. Aunque el sesgo es generalizado, países como España
muestran más intensamente que otros esta tendencia (ver gráfico).

Disfrazarse de Google. Esta situación es la que está llevando a las
operadoras a disfrazarse de compañía de Internet, para intentar revertir la
tendencia, y conservar la fidelidad del cliente, al que, por otra parte,
siguen mimando con cuantiosas subvenciones, para que pueda comprar el más
avanzado smartphone (teléfono inteligente), precisamente el dispositivo que
facilitará que el usuario deposite su confianza y fidelidad al otro lado del
operador. La primera fue Vodafone, que en octubre pasado lanzó Vodafone 360.

'MyDSL'. Y en los próximos meses, en torno al verano -antes o después-, se
le unirá Movistar, que lleva bastante tiempo trabajando por medio de una
división de su área de I+D, denominada Social Communications Labs en un
concepto bautizado internamente como MyDSL, siglas de My Digital Social
Life, aunque podría recibir otro nombre cuando se lance comercialmente.
MyDSL se configura como un agregador social, que permitirá a los clientes
tener acceso directo en un único punto a las bandejas de entrada de sus
sistemas de comunicación (cuentas de correo personales y profesionales, SMS,
messenger, etcétera) así como a sus cuentas en las redes sociales y
actualizar directamente los contenidos creando y subiendo contenidos como
fotos, música o vídeos.

Este concepto, que empieza a imponerse en los nuevos terminales smartphone
se está denominando Social Phonebook. MyDSL también ayudará a redefinir el
geoposicionamiento en la actividad social, impulsando las comunicaciones
entre usuarios y explotando la localización en el uso de la red social
constituida por los contactos de la agenda telefónica del móvil.

¿De quién es la nube? Como en otros casos MyDSL se complementa con una copia
de seguridad online (un back up en la nube), que protege los datos, las
cuentas y los contactos de los clientes en caso de robo o pérdida del
teléfono y que permite restaurarlos en un terminal nuevo. Este concepto
también está siendo crecientemente adoptado en múltiples iniciativas, ya sea
de operadores móviles, de fabricantes de teléfonos o de proveedores de
aplicaciones y contenidos, como en el propio 360 de Vodafone, MotoBlur de
Motorola, MyPhone de Windows Mobile, MobileMe de iPhone o en el caso del
Palm Pre.

Lo más importante es que, en este caso, el servidor en el que se guardan los
datos es de Movistar y no de un fabricante, por lo que la capacidad de
fidelización del fabricante o del proveedor de aplicaciones, su potencial de
interponerse entre el cliente y el operador, se diluye.

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