martes, 10 de marzo de 2009

Domingo 8 de Marzo

La mañana del domingo 8 fue bastante tranquila. A las 76-30 nos levantamos y algunos salimos al parque que hay en la parte trasera de nuestras habitaciones, unos para hablar de lo mal que habían pasado la noche, otros para fumar... pili y Jose, si es que sois unas chimeneas!pero sabeis que os quiero a pesar del humo que echais jajaja.
Os he descrito mi habitación?
Es una estancia grande, nada más entrar a la izquierda está el baño completo y adaptado con barras para las personas con movilidad reducida, seguidamente tengo el armario empotrado, un hueco que es donde dormirá el perro, la cama y la ventana.
En la parte derecha se encuentra una percha donde me encontré el arnés para mi futuro perro, y una mesa grande con una tele, un casette 4pistas americano, el decodificador TDT y una meverita muy mona a la que no se pueden meter cervecitas, aquí no dejan beber alcohol.
Al fondo está la puerta del parque, la cual utilizamos ahora para largas charlas por la noche con los demás, siempre con el abrigo puesto, ya que hace mucho frío por estas tierras norteamericanas, pero entre risas el frío siempre es menor. Posteriormente sacaremos a nuestro perro a este parque a que haga un 1 (pis) o un 2 (lo otro, jajaja), así lo llaman aquí en la escuela. Todas las habitaciones comunican con este parque interior.

Después de desayunar a las 7-30 café, hamburguesa, tortitas y zumo, (estos americanos desayunan fuerte), nos enseñaron e resto de la escuela. Tiene de todo, hasta gimnasio! Todo está muy bien adaptado con carteles en braille en cada puerta para que nadie se despiste.
Tenemos una sala central con un piano y sillones, donde según nos dijeron se reunía la gente para charlar. Nosotros preferimos el parque o la habitación de alguien, ¿verdad chicos?

Tras ver toda la residencia y descansar un rato, comimos a las 12-30, bueno, comimos... un lunch, consistente en una especie de ensalada extraña que por supuesto no probé, una especie de durum frío de jamón y queso y de postre, una galleta.
Como bien dijo Jose, “vamos a pasar más hambre que el perro del afilador, que se comía las chispas para comer algo caliente”. Que grande el tío, no tiene fondo y siempre repite de todo lo que le ponen.

Tras la comida, tuvimos charla con Kevin. Anda, si no os he presentado a Kevin. Es nuestro instructor. Es el típico americano grande, y ancho, vamos, como un armario de 4 puertas.
En la charla Kevin nos estuvo comentando la vida que tienen los perros hasta antes de llegar a nosotros, por lo que tenemos que darles mucho cariño para que se sientan a gusto y confíen en en cada uno de nosotros.
Tras la charla y una pequeña práctica de movilidad con su perra Trinity, nos fuimos a tomar un café al bar donde están las house Mother (mamás de casa), unas señoras que están 24 horas por si ocurre algo con los alumnos de la escuela. Aquí tenemos que hacer café doble porque estos americanos lo toman muy suave y sabe a agua. Se quedan alucinados con los cafés que nos tomamos.

Al poco rato, sobre las 17-30 cenamos.
Nos pusieron una comida mejicana llamada Chili que estaba muy bueno, tanto que yo repetí, otra ensalada, pan americano y melocotón en almivar, todo ello acompañado de lo que quisiéramos beber, en mi caso, limonada.
Las organizamos buenas en cada comida, por aquí dicen que la mesa de España es la más animada, y es verdad, siempre estamos con bromas, chascarrillos y risas. Vamos, la mejor mesa de todo el comedor.

Después de la cena, el último cigarro para los fumadores y a dormir, que el cansancio todavía se hace notar.

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